El rey Carlos III (73) fue protagonista de un curioso momento en su visita junto a la reina consorte Camila a Cardiff. Mientras el monarca saludaba a los dolientes que fueron entregar sus respetos a Isabel II, una mujer le regaló una lapicera para evitar los problemas con tinta que el rey vivió en los últimos días.
Cuando el rey caminaba junto a su esposa por las afueras de la catedral de Llandaff, una mujer emergió de entre los asistentes, estiró su mano y le ofreció una lapicera negra a Carlos, quien miró con sorpresa cuando la mujer le dijo: “Por si acaso”.
Frente a las espontaneas risas de los presentes, el sucesor de Isabel II tomó su nuevo lápiz, lo miró y comenzó a reír (ver abajo). Las personas que estaban alrededor de la escena empezaron a aplaudir entre risas, recordando los recientes incidentes por culpa del artículo de librería.
En la última semana, el rey protagonizó dos episodios vinculados a la tinta que se convirtieron en virales. El sábado pasado, tras ser proclamado como nuevo monarca de Reino Unido, Carlos se vio molesto al no poder firmar algunos documentos con comodidad. Los gestos para que el empleado real quitara la tinta de la mesa comenzaron a circular masivamente.
Este martes, durante su primer viaje a Irlanda del Norte, el rey fue captado con rabia mientras firmaba el libro de visitas del castillo de Hillsborough. Primero se enojó al equivocarse con la fecha y luego con algunas gotas de tinta que cayeron desde la pluma. “¡No puedo soportar esta maldita cosa! Es un momento apestoso”, se le escuchó decir en otro registro que se volvió viral.
Todo cambió este sábado. Tras asistir a la catedral de Llandaff para un servicio de oración y reflexión en honor a la difunta reina Isabel, el rey y la reina consorte se acercaron a firmar el libro de visitas. Carlos III sacó de su bolsillo una lapicera propia, firmó los documentos y luego se la entregó a Camila. El rey, esta vez, completó la tarea sin contratiempos.