Pese a ser una de las mejores actrices de la historia de Hollywood, Anne Hathaway (39) no siempre pensó en unirse al mundo del entretenimiento, pues sus planes eran totalmente diferentes, pero una confección de su hermano hizo que sus metas dieron un giro completamente diferente.
Aunque muchos de sus fans consideran que la actriz nació para darle vida a miles de personajes, las costumbres y tradiciones de su familia la hicieron pensar durante su adolescencia que debía ser monja. De hecho, la intérprete aseguró que en un momento había recibido ese llamado de Dios.
“Me criaron como católica. Cuando tenía 11 años, sentí que recibí un llamado de Dios para ser monja”, declaró Anne a The Himalayan Times. Sin embargo, su decisión se vino abajo tras darse cuenta que su hermano mayor, Michael, era homosexual y no recibía el apoyo de la Iglesia Católica.
“Pero cuando tenía unos 15 años, me di cuenta de que mi hermano mayor era gay y no podía apoyar una religión que no apoyaba a mi hermano. Ahora me llamo cristiana sin denominación, porque no he encontrado la religión para mí”, confesó la protagonista de El diablo viste a la moda en la misma entrevista.
Desde ese momento, la actriz dejó a un lado todos los proyectos que tenía para el catolicismo con tal de apoyar al hombre al que ha calificado “como otro padre” y que fue su gran ejemplo durante la infancia y adolescencia.
“¿Por qué debería apoyar una organización que tiene una visión limitada de mi amado hermano?”, expresó la actriz ganadora de un Oscar para la revista GQ en su edición británica. Asimismo, Anne manifestó que buscó todos los motivos por los que Michael no era “bien recibido” en la iglesia, por lo que entre mayor información tenía más cuestionaba todo aquello con lo que había crecido. “Toda la familia se convirtió al episcopalismo después de que salió mi hermano mayor”, finalizó la actriz.