Un Guardia Real, que realizaba la vigilia alrededor del féretro de la reina Isabel II (96), se desmayó y cayó dramáticamente hacia el frente sin meter las manos; todo su cuerpo se inclinó hacia adelante de un momento a otro, incluso cuando ya estaba en el suelo no reaccionó y un par de compañeros se acercaron para ayudarlo.
A partir del miércoles el ataúd de la monarca reposa en Westminster Hall donde oficiaron una misa con el rey Carlos III (73), su esposa, sus hermanos, y sus hijos presentes, posteriormente dejaron las puertas abiertas para que los ingleses pudieran pasar frente al lugar y despedirse de su reina, desde entonces hay una vigilia día y noche en la que los Guardias Reales se turnan para no dejar el féretro solo.
Aproximadamente a la 1:00 am de este jueves se detectó la caída del hombre, pero no fue el primer instante en el que dio señales de que algo ocurriría. Antes del impactante momento, se observa que tres guardias se colocan a su lado mientras él se mueve ligeramente a la izquierda, pero pierde el equilibrio y se va de lado dejando que una de sus piernas fuera de la tarima para evitar caerse.
Después, y cuando todo parece estar controlado, vuelve a llamar la atención que su cuerpo se tambalea de un lado a otro hasta que se empieza a inclinar hacia el frente, es cuando sus piernas se doblan por completo dejándose caer, en cuestión de segundos pone sus manos en el pecho evitando que su cabeza rebote contra el piso.
El ataúd de Su Majestad seguirá estando custodiado hasta el lunes 19 de septiembre a las 6:30 am, a partir de esta hora los guardaespaldas del rey harán la vigilia hasta las 8:00 am para después dar inicio al funeral de Estado. En el transcurso de estos días los locales podrán acercarse al lugar para ver el féretro de Isabel II y hasta el momento se han reportado filas de siete kilómetros y 10 horas de espera (se espera la asistencia de 4000 mil personas); los Guardias Reales rotan cada 20 minutos.