Anabelle Rafaela Gutiérrez Aicua, una de las más grandes actrices de la historia de México, desde la época dorada, falleció a los 89 años en la ciudad de Puebla.
Nacida el 5 de septiembre de 1931, Anabel comenzó su carrera artística a finales de la década de los '40 y era una de las pocas leyendas vivientes de la época de oro del cine mexicano.
Tras su debut como extra en La liga de las muchachas (1950), la actriz que se caracterizó como la joven atrevida y coqueta, obtuvo a lo largo de su carrera varias nominaciones al Premio Ariel.
En 1950 protagonizó la película Deseada, en la que compartió elenco con Dolores del Rio y Jorge Mistral. En ese mismo año, tuvo un rol papel estelar en Azahares para tu boda, junto a Fernando Soler, Marga López, Sara García, y Joaquín Pardavé.
En 1954, Escuela de vagabundos fue su rol consagratorio, al lado de Pedro Infante, Miroslava Stern, Blanca de Castejón, Dolores Camarillo y Óscar Pulido. Por esa actuación ganó el Premio Ariel. Ese mismo año filmó La visita que no tocó el timbre, en la que compartió créditos con Miroslava Stern.
En 1959, estuvo en Angelitos del trapecio, con el dúo de comediantes Viruta y Capulina, una película de Agustín P. Delgado, cuyo guionista fue Roberto Gómez Bolaños. En los '60, volvería a trabajar con Chespirito, aunque durante esa década se mantiene inactiva en el cine, ya que solo participa en las cintas Su primer amor y Los resbalosos, ambas de 1960. Regresaría al cine recién en 1979 en la película Discoteca es amor.
A finales de los 80 se hizo del papel que la haría internacionalmente famosa: "Doña Espotaverderona", madre de La Chimoltrufia, interpretado por Florinda Meza, en la serie Los Caquitos. Con ese rol se incorporó en el elenco permanente del programa de Chespirito.
En 1983, tuvo una participación especial en la película El coyote emplumado, junto a María Elena Velasco. Su última participación en el cine fue en 1999, en la cinta La paloma de Marsella.