Cercanos a la realeza han afirmado durante años que el príncipe Carlos siempre ha tenido en cuenta la posibilidad de cambiar su nombre una vez que ascienda al trono británico.
El primer aspirante, de 73 años, lleva largos años esperando por ceñirse la corona y el tema ha vuelto a tomar relevancia debido al evidente deterioro de salud de la Reina Isabel II después de contraer covid-19 en febrero pasado.
En una nota de "Express UK" se detalla la oscura historia asociada al nombre Carlos en la realeza.
Hubo dos reyes británicos anteriores llamados Carlos, quienes tuvieron una reputación cuestionable. El rey Carlos I fue derrocado por Oliver Cromwell en 1645 después de que el Parlamento obtuviera una victoria sobre la monarquía en la Guerra Civil Inglesa. Luego fue juzgado por traición, declarado culpable y decapitado en 1649.
En 1660, su hijo, Carlos II, regresó del exilio durante la restauración de la monarquía y llevó una vida bastante controvertida, llena de situaciones ligadas a la corrupción y al nepotismo.
Carlos ha estudiado el tema durante bastantes años y le ha encargado a expertos que analicen las consecuencias negativas que podría tener llamarse Carlos III.