Fue en agosto de 1996 que la noticia del divorcio de Diana de Gales y el príncipe Carlos causó mucho impacto en el mundo pero también en sus hijos, los príncipes William y Harry, quienes fueron testigos de la difícil situación que vivió su mamá tras dejar la Familia Real.
Tras múltiples infidelidades de ambas partes y muchos escándalos, Diana y Carlos le pusieron fin a su matrimonio, algo inusual en la Familia Real, por lo que al firmar los papeles de divorcio se estipularon algunas cláusulas especiales.
En el rubro económico se llegó al acuerdo de que Lady Di recibiría una suma de 20 millones de dólares así como 410 mil dólares para los gastos de su oficina privada, además ella se pudo quedar con sus departamentos en el Palacio de Kensington, además, acordaron compartir la custodia de sus hijos.
Y pese a que parecía que tenía la vida resuelta y por fin tenía la libertad que tanto ansiaba, hay algo que sí le dolió mucho a Diana: perder su título de nobleza, ya que al quedar formalmente divorciada de Carlos, ya no podría ser reconocida como “Alteza Real”, título que consiguió cuando se casó con Carlos en 1981.
Al perder su título quedó implícito que la gente debía dejar de hacer reverencia a Diana por lo que tendría ser ella la que tendría que inclinarse frente a su exesposo y otros miembros de la Familia Real.
Paul Burrell, quien fuera mayordomo personal de Lady Di, reveló que a Diana le dolió perder su título de nobleza y que le causó una gran tristeza, por lo que el príncipe William le hizo la tierna promesa de que cuando llegara a ser rey, le devolvería su estatus de princesa.
“Él le dijo: ‘No te preocupes mamá, te devolveré tu título cuando sea rey’", contó Paul Burrell. Pese a la importancia de su promesa, el príncipe William no pudo cumplirla ya que su madre murió a los 36 años de edad en un accidente automovilístico.