El príncipe Carlos, el heredero de la corona británica, hizo historia este martes 10 de mayo al sustituir por primera vez a la reina Isabel II en la apertura formal del Parlamento, donde tuvo el honor de leer el discurso del programa legislativo del Gobierno. Este acto es considerado como una transición progresiva de la monarca a su hijo.
Normalmente, la soberana es quien inaugura cada sesión del parlamento, ahí lee un programa legislativo redactado por el gobierno para el próximo año. No obstante, debido a sus problemas de movilidad, Isabel II se vio obligada a cancelar su asistencia a esta cita constitucional. Desde que inició su reinado solo había faltado cuanto estuvo embarazada del príncipe Andrés, en 1959 y después del príncipe Eduardo, en 1963.
Según expertos, es una clara muestra de una transición en el seno de la monarquía británica que, el príncipe de Gales asumiera las funciones de jefe de Estado. Carlos estuvo acompañado por su esposa, Camilla y su hijo mayor, el duque de Cambridge, quien por primera vez asiste a esta ceremonia.
El heredero al trono, de 73 años, quien reemplaza cada vez más a su madre, no llegó en carroza sino en un Rolls-Royce oficial con techo transparente. Asimismo, se pudo observar que no vistió la tradicional capa de armiño, sino un uniforme militar con innumerables condecoraciones. El acto se celebró como indica la tradición, en la Cámara de los Lores, donde tampoco faltó la corona imperial colocada sobre un cojín rojo, símbolo de la importante relación entre monarquía y parlamento.
El príncipe de Gales se sentó al lado de dicho cojín, en un trono menor que ha ocupado en ocasiones anteriores junto a Isabel II. En compañía de su esposa y el segundo en la línea de sucesión, leyó el discurso con la misma voz monótona, solemne y aplicada de la reina, ante los diputados y los Lores reunidos en la cámara alta del parlamento.
De acuerdo al diario Daily Mail, Su Majestad sigue al mando y quedó demostrado por la llegada de la corona y los cetros en una procesión real, las fanfarrias y los heraldos con sus cargados trajes ceremoniales. Sin embargo, sigo siendo un momento histórico en la realeza británica.
El estado de salud de la reina ha sido tema de preocupación desde que se pudo saber que los médicos le habían indicado guardar reposo en octubre del año pasado. Desde ese momento y luego de haberse contagiado de Covid-19, la monarca ha cancelado su presencia en eventos importantes.
Pese a todo ello, y a sus problemas para desplazarse, la reina no tiene pensado abdicar al trono y continuará al servicio del pueblo británico, así lo dio a entender en un discurso radiofónico que ofreció en el año 1947, por motivo de su cumpleaños número 21.
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