Celebridades

Princesa Charlene lucía aislada y triste al lado de un locuaz Alberto

La reaparición pública de la soberana de Mónaco provocó la alegría de sus seguidores, pero al mismo tiempo preocupación. Sigue dándole la razón al apodo de "la princesa triste" que le colocaron.

La Princesa Charlene volvió a estar a vista y presencia de los monegascos este sábado durante el E-Prix de carros eléctricos que se disputó en el circuito callejero de Montecarlo, pero hubo varios hechos que llamaron la atención.

La soberana se veía "emocionalmente aislada" en comparación con el Príncipe Alberto, quien lucía exultante y locuaz. Charlene, quien usó su anillo de bodas para resaltar que sigue estando casada, en ningún instante miró hacia la dirección de su esposo Alberto.

En otros momentos, se le vio con las manos en ademán de protección a su hija Gabriella. Y, lo que más llamó la atención, es que pese a los esfuerzos por colocar cara de valiente, se le vio la mayor parte del tiempo triste.

Lo que dicen los gestos de Charlene

Al observar el lenguaje corporal de la pareja, la experta Judi James le dijo a "Femail" que Alberto y Charlene estaban manteniendo la distancia entre ellos y que la expresión "pensativa" de Charlene la hacía parecer "aislada" del resto de su alegre familia.

"La falta de reflejo de Charlene la hace parecer emocionalmente aislada aquí, con su expresión de ojos muy triste y su mirada reflexiva o pensativa", agregó Judi.

"Pareciera distanciada de su familia más animada, a pesar de que está de pie con ellos e, incluso, abrazando a su pequeña hija", explicó.

En las imágenes tomadas del evento, se podía ver a Charlene de pie detrás de Gabriella, con su mano y su anillo de compromiso, sobre el pecho de la pequeña.

La experta dijo que hubo poca interacción entre Alberto y su esposa, sobre quienes existen rumores de separación casi desde el día de su boda, celebrada hace más de diez años.

"La única comunicación verbal y no verbal de Charlene en esas poses parecen ser con su hija y no hay signos de que use ninguna técnica de interacción visual con su esposo o el público", añadió.

Las sonrisas sin alegría

El gesto facial de Charlene también decía mucho, según la experta: "Si esto se puede llamar una sonrisa, no llega a sus ojos, mientras que una sonrisa auténtica tenderá a comenzar en la expresión de los ojos".

“La expresión de su boca es asimétrica, levantada muy ligeramente en la esquina derecha, pero en algunas tomas la esquina izquierda está curvada hacia abajo. Hay algunas arrugas en los lados de la boca en una pose, pero la incongruencia del movimiento de la boca sugiere que está en conflicto. Tal vez esté tratando de sonreír o pensando que debería hacerlo, pero falla", detalla la experta. 

Lo del Príncipe es opuesto a Charlene: "Alberto parece tratar de verse optimista, saludando a la corona con la palma hacia afuera y mostrando una sonrisa social, pero Charlene no imitó ni el saludo ni la sonrisa".

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