A pesar de su belleza, Megan Fox nunca se ha sentido conforme con su físico y ella misma lo ha declarado en ocasiones anteriores, incluso, en una entrevista con la revista GQ, la famosa confesó que padece dismorfia corporal, que también es conocido como el síndrome de la distorsión de la imagen.
"Podemos mirar a alguien y pensar: 'Esa persona es tan hermosa. Su vida debe ser muy fácil'. Lo más probable es que no se sienta así. Y Sí, tengo dismorfia corporal. Tengo muchas inseguridades profundas", declaró en esa ocasión.
Actualmente la actriz de Transformers tiene 35 años y ya tiene varias cirugías que se ha hecho con el fin de verse y sentirse bella, algo que ha sido muy criticado por sus seguidores, quienes aseguran que arruinó su cara con procedimientos estéticos innecesarios.
De acuerdo con la página web del Dr. Fernández Blanco, especialista en el bisturí, entre las cirugías a las que se ha sometido Megan se encuentran: una cirugía de párpados, rinoplastias (operaciones de nariz), implantes de pómulos y senos, aplicación de bótox, material de relleno, rejuvenecimiento cutáneo con láser e inyecciones en los labios (queiloplastía de aumento).
Desde que tenía 25, Megan ya era clienta asidua del bisturí, incluso en esa época la revista In Touch publicó un artículo en el que revelaba que, para ese entonces, la estadounidense ya había invertido al menos 60 mil dólares en operaciones para tratar de verse mejor.
Y aunque muchos de sus seguidores le reiteraban siempre su enamoramiento y la llenaban de elogios, ella siempre dijo no sentirse bien con lo que veía en el espejo, de ahí que siga con infinidad de tratamientos que sólo generan mayores críticas hacia su imagen.
"¿Por qué te hiciste cirugías si ya tenías una belleza natural divina?", "Megan Fox era perfecta y la vinieron a joder las cirugías", "No lo entiendo, no necesitaba cirugías con esa cara tan perfecta. En fin, las inseguridades", fueron algunos de los comentarios que se leen en redes respecto a sus cambios.