Uno de los puntos más delicados de la relación del Príncipe Harry y Meghan Markle con la familia real es que la Reina Isabel II no conoce a su bisnieta Lilibet, nacida hace 11 meses en Santa Bárbara, California. Pero los Sussex le dieron un mensaje tranquilizador a la soberana durante la reunión del jueves en el Castillo de Windsor.
Lilibet Diana fue bautizada con esos nombres en honor a su bisabuela y su abuela, respectivamente. A la Reina la llamaban Lilibet desde pequeña porque no podía pronunciar bien su nombre, Elizabeth en inglés. Y Diana, por la Princesa de Gales.
Los Duques de Sussex le dijeron a la Reina que abrazará a Lilibet y Archie en un futuro cercano, en el marco de una reunión muy cordial, según describieron fuentes consultadas por "Mirror", e "increíblemente cálida y de buen carácter".
Meghan y Harry quedaron de volver pronto a Londres en compañía de los niños, para alegría de la soberana quien este año festeja el Jubileo de Platino, que conmemora sus 70 años como soberana del Reino Unido.
Isabel II conoce a Archie, quien nació en Londres, pero no ha estado con la pequeña Lilibet, quien nació en California, después de que los Sussex abdicaran a la corona británica en enero de 2020.
Los duques visitaron a la Reina y al Príncipe Carlos el jueves antes de viajar a La Haya, en donde hoy participaron del inicio de los Juegos Invictus. La pareja voló a Londres desde su casa en Montecito, California, donde se cree que permanecieron sus dos hijos.
Sobre la reunión de Harry y Meghan con la Reina, el experto en temas reales Carlos, Bower emitió un crítico comentario acerca de las reales intensiones de los Sussex : "No tengo dudas de que todo estaba hecho para su documental de Netflix. Los consejeros de la reina no la protegieron de ser explotada por los peores traductores de la familia real, mientras que los Sussex explotaron a una mujer vieja y enferma para aumentar su credibilidad y sus arcas".