Desde que se anunció el regreso de la princesa Charlene a Mónaco, el príncipe Alberto ha continuado con los compromisos y actividades reales pero sin la compañía de su esposa, quien todavía se encuentra en recuperación. El príncipe realizó en estos días las responsabilidades que lo esperaban en el Principado y como era de esperarse, la madre de sus hijos estuvo presente, pero su familia sí.
Los Wittstock mantienen su postura dentro de la realeza a pesar de la ausencia de Charlene, expertos aseguran que están presentes para asegurarse de que nadie usurpe el lugar que les corresponde dentro de la monarquía, pero también han sido los Grimaldi quienes no se despegan del soberano, siendo ellos su mejor compañía en estos momentos.
Los principales interesados en estar cerca del príncipe son los hermanos de la princesa, Gareth y Sean, que con las actividades que realizan se aseguran de mantener un puesto importante dentro de Mónaco; Carolina y Estefanía, las hermanas de Alberto, también han optado por seguir la misma línea que los hermanos. Por el momento, el no tener a Charlene en eventos públicos y privados desde hace semanas ha desatado rumores sobre si el matrimonio real atraviesa por una crisis.
Hace unas semanas se dio a conocer que la ex nadadora había abordado un avión privado para dirigirse a Suiza y acudir a una revisión médica de rutina, aunque medios locales han asegurado que desde el pasado 21 de marzo se desconoce su paradero. Se sabía que en los días posteriores a su regreso pasó tiempo en Roc Angel, el palacio familiar de descanso que se sitúa cerca de la frontera con Francia.
A pesar de la información que se tenía sobre su ubicación, los locales aún no la han visto pero cabe mencionar que el comunicado que lanzaron cuando anunciaron que ya estaba en el país, afirmaron que saldría a la vida pública cuando se recuperara totalmente.