La novia Grace Gwaltney aún no puede creer lo que le sucedió el día de su boda. Y cómo su matrimonio ha sido objeto de múltiples reacciones de miles de seguidores que hasta antes que se pusiera el vestido blanco, jamás pensó en tener.
La culpa de todo la tiene ni más ni menos que Tom Hanks, quien nuevamente se inmiscuyó en una boda sin ser invitado. El famoso actor se topó con Grace cuando ella y su cortejo nupcial, integrado por sus mejores amigas, salían del Hotel Fairmont para dirigirse a la iglesia donde se realizaría la ceremonia religiosa.
De pronto, Hanks, quien iba en compañía de su esposa, la actriz Rita Wilson, se acercó a la novia y le preguntó si podía tomarse una fotografía con ella. Grace cuenta que quedó estupefacta. Primero, porque no podía creer que Tom Hanks le pidiera a ella una fotografía; y segundo, porque pensó que todo era parte de una broma de su futuro esposo.
Sin embargo, al ver que el actor estaba solo junto a su esposa, quien lo miraba avergonzadamente, Grace se sintió honradísima y aceptó gustosa, sin imaginar que la fotografía de Hanks con ella y sus amigas recorrería el mundo y la convertiría en un tema de atención para la prensa de espectáculos.
Y aunque "la sesión fotográfica", a la que se sumó también Rita Wilson, no duró más que un minuto, para Grace fue una señal de que sería un día grandioso... por casarse con su gran amor (que la esperaba en la iglesia), y tomarse una fotografía vestida de novia con uno de sus actores favoritos, minutos antes de dar el Sí. Como para recordarlo por el resto de la vida.