La Princesa Charlene volvió hace dos semanas a Montecarlo. Y aún no está claro qué fue lo que le pasó. La rumorología es de alta gama: desde los famosos rumores de cirugía estética que le habría dejado la cara desfigurada, la casi muerte anunciada en Sudáfrica, el supuesto divorcio del Príncipe Alberto y la ex novia que se anduvo paseando por Mónaco.
El Principado no ayuda mucho con anuncios poco claros. Solo dijeron que la esposa de Alberto de Mónaco regresó a terminar de recuperarse y retomar su agenda oficial.
Tras casi un año de ausencia y misterios, Charlene dejó la clínica privada de Suiza después de cuatro meses internada para regresar con su familia. Allí se reunió con sus mellizos de siete años, Gabrielle y Jacques, quienes estuvieron al cuidado de sus tías Carolina y Estefanía, dos que no comulgan con la ex nadadora sudafricana.
Las hermanas de Alberto y toda la familia carga con la maldición de los Grimaldi. Aquella que acarrea infelicidad, secretos, hijos ilegítimos y, especialmente, drama.
"Tan pronto como su salud sea lo suficientemente fuerte, la Princesa espera otra vez pasar tiempo y socializar con los monegascos. Para que logre una recuperación completa, y como todavía necesita paz y tranquilidad, la pareja principesca pide por tanto que su vida privada se siga respetando en el entorno familiar", rezaba el comunicado oficial.
Desde el mismo entorno de los Grimaldi se han encargado de criticar a Charlene, a quien alguna llamaron "la princesa triste y muda".
Según "Mujeres Hoy", la sudafricana tiene una mala relación con Carolina de Mónaco y compañía, en un Principado donde nunca ha podido adaptarse y al que considera, según la publicación, como un "nido de serpientes y hienas".
Las próximas semanas serán clave para saber si realmente Mónaco fue el mejor lugar para que a Princesa Charlene se recuperara de todos sus males.