El retrato nunca antes visto de la princesa Diana, que fue expuesto en el Palacio de Kensington como parte de la exposición Life Through a Royal Lens, ha arrojado secretos que tampoco se habían dado a conocer pero esta vez fue quien estuvo detrás de la cámara para capturar a Diana de Gales quien reveló lo que vio y pasó ese día.
David Bailey fue el encargado de fotografiarla, el artista guardó este retrato como parte de su colección privada y se pudo exponer como algo inédito aunque lo que estaba atravesando Diana con su pelo fue complicado de tratar. Según explica David, de ahora 84 años, el día que se reunió con la madre de Harry y William se dio cuenta que la princesa "tenía un cabello terrible".
El tipo de peinado que llevaba en ese entonces necesitaba de mucha producción para mantener el volumen además de la forma, por lo que los colaboradores de Lady Di usaban spray en exceso, el resultado: "sólido (el cabello) como el de un maniquí de plástico", mencionó Bailey en una entrevista para Telegraph. Aquel día sucedió en 1988 cuando no sólo el peinado fue un imprevisto, también ocurrió un pequeño accidente.
El fotógrafo relató que una de las personas que estaba trabajando con él dejó caer accidentalmente un foco sobre la cabeza de la fallecida princesa. "Oh, mier**", pensó. El momento tenso no se hizo esperar pero Diana no se quedó callada y rompió el silencio. "No lo pienses, ha sido un accidente", mencionó. Sus palabras sorprendieron. "Le dije que había sido muy magnánima", comentó Bailey sobre lo que le había contestado.
Esto causó confusión en la "Princesa del pueblo" quien preguntó qué significaba magnánimo. Ese día David sacó a relucir su profesionalismo, mencionó que en algunas ocasiones le indicó cómo posar, incluso la hacía reír para salir un poco del protocolo y que las cosas fueran más relajadas.
Tags
- Princesa Diana de Gales
- Príncipe Harry
- Familia Real
- Príncipe William
- Príncipe Carlos
- Familia real británica
- David Bailey