Cuatro meses fueron necesarios para que la princesa Charlene regresara a Mónaco después de atravesar problemas de agotamiento mental y físico por lo que voluntariamente se internó en una clínica en Suiza. A través de su comunicado de prensa la Casa Real Monegasca dio a conocer el retorno de la sudafricana explicando que continuará con su tratamiento en casa pero expertos aseguran que hay anomalías en el escrito.
"Todavía necesita paz y tranquilidad, por lo tanto, la pareja principesca pide que se siga respetando su vida privada y su entorno familiar. Tan pronto como su salud sea lo suficientemente fuerte, la princesa espera otra vez pasar tiempo y socializar con los monegascos", se lee en el documento firmado por el príncipe Alberto y su esposa, uno de los señalamientos que hace como extraños pues nunca antes se había firmado un comunicado por ambos.
Incluso aunque Charlene tiene su propia cuenta personal de Instagram y publica en ella, hasta antes de este documento Charlene no se había pronunciado respecto a su propia salud.
Además se ha resaltado que la princesa, de 44 años, regresará a sus compromisos cuando se recupere, pero desde hace más de un año no realiza estas actividades, lo que da la impresión de que la realeza de ese país está apresurando a que realice sus responsabilidades institucionales. "No será hasta su total recuperación cuando la ex nadadora vuelva a presentarse ante los ciudadanos", escriben.
El último punto que causó controversia fue que el regreso de Charlene sea dos días antes del cumpleaños de Alberto. "Charlene ya ha regresado a Mónaco, donde se ha reunido felizmente con su familia y sus seres queridos", indicaron como si fuera el pretexto perfecto para reunirse de nuevo como familia ante la próxima celebración.
Por lo pronto se sabe que están al pendiente de la salud de la soberana para que pueda tener la "paz y tranquilidad que necesita", luego de las enfermedades y padecimientos por los que ha atravesado, como el procedimiento otorrinolaringológico además de algunas cirugías, fueron el detonante para que se diera cuenta que tenía agotamiento mental.