Celebridades

La familia de Charlene necesita que la princesa regrese lo antes posible a Montecarlo

Dos hermanos de la ex nadadora trabajan y tienen sus vidas hechas en torno a ella. De terminarse el matrimonio, volverían a tener una "vida normal" en Sudáfrica.

Charlene tiene a su familia muy involucrada en el Principado. - Créditos: Instagram

La ausencia de Charlene en Mónaco representa mucho más que un Principado sin su soberana. Los Wittstock, la familia de la esposa de Alberto, tiene una participación importante en Montecarlo.

Los Wittstock no tenían ningún vínculo con la realeza ni la aristocracia. Charlene es hija de un pensionado de Xerox y una profesora, quienes apoyaron a la ex nadadora olímpica en el deporte y luego en sus nuevas funciones como princesa.

Los hermanos Wittstock, Sean y Gareth, han ido escalando en el entramado social y laboral del Principado. Esas posiciones podrían variar si Charlene se llegara a divorciar.

Sean y su esposa, Chantelle Wittstock, acogieron a Charlene en Sudáfrica cuando estuvo ausente del Principado. Chantelle era quien le entregaba la información a los medios sobre el estado de salud de la esposa de Alberto.

Chantelle y Sean Wittstock son los artífices de la fama que la princesa monegasca tiene en todo África como defensora de los animales, especialmente de los rinocerontes, y también del medio ambiente.

Gareth Wittstockm, en tanto, vive en Mónaco como un Grimaldi más y participa activamente de la vida del Principado. Gareth y Chantelle decidieron, junto con Alberto, que la princesa debía entrar a tratarse en la exclusiva clínica de Suiza. 

A Gareth Wittstock lo apodan "El Conde" en Montecarlo. Junto con su mujer, Roisin, y sus hijas Kaia-Rose y Bodie, se convirtieron en cómplices habituales de Alberto II y de los pequeños Jacques y Gabriella mientras Charlene no estuvo en México.

El Wittstock que tiene más que perder si Charlène no vuelve a Mónaco es Gareth. Está casado con una monegasca, Roisin, a quien conoció en una cena organizada por amigos del príncipe Alberto. Pasó de ser un profesional de la informática a secretario general de la fundación de la princesa, actividad que desarrolla en una oficina a escasos metros del Palacio en los Jardins d'Apolline. 

Gareth Wittstock, además, se convirtió al catolicismo, porque es la religión oficial del Principado, y ha acompañado a Estefanía y a Álberto de Mónaco a Dubai porque, además, es el presidente de la Federación Monegasca de Rugby. 

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