Después de haber superado el Covid-19 por segunda vez, el príncipe Carlos se tomó unos días para descansar y viajó a la estación de esquí de Klosters, lugar donde hace casi 34 años su amigo Hugh Linsay, perdió la vida cuando quedó enterrado en la nieve tras una avalancha.
El heredero al trono vuelve a la estación suiza donde vivió uno de los momentos más duros de su vida cuando una avalancha acabó con la vida del soldado y escudero del monarca, y uno de los mejores amigos de Carlos y Diana. Según los historiadores reales, la tragedia fue un punto de inflexión en su ya erosionado matrimonio.
La periodista Tina Brown contó en The Diana Chronicles que el accidente sirvió para quebrar aún más la relación matrimonial de la pareja. "Diana culpó a Carlos por su imprudencia al elegir una pista tan peligrosa", escribió Brown.
La propia Diana relató cómo vivió el trágico día en su biografía Diana: su verdadera historia, escrita por Andrew Morton en colaboración con la princesa de Gales. Carlos y Diana viajaron a Suiza con un grupo de amigos entre los que se encontraba la duquesa de York, Sarah Ferguson; Hugh Lindsay y Patti Palmer-Tomkinson.
Aquella tarde de marzo, ni Diana ni Sarah salieron a esquiar. Lady Di no se encontraba bien y Sarah Ferguson, embarazada de la princesa Beatriz, se había caído ese mismo día y prefirió descansar. Estaban en la casa cuando escucharon un helicóptero y supieron que un miembro del grupo había muerto durante la travesía fuera de las pistas autorizadas.
El primogénito de la reina Isabel II y el duque de Edimburgo, logró ser rescatado en ese momento, al igual que su amiga Patti Palmer-Tomkinson, quien los acompañaba, y también resultó lesionada en el fatal accidente.
Pese a la amarga experiencia, Carlos sigue considerando a Klosters, uno de sus lugares preferidos y continúa visitándolo ocasionalmente, algo que no volvió hacer Diana. Además, es ahí donde también ha pasado muchos momentos con sus hijos, William y Harry, expertos además en el deporte de invierno.