La monogamia, concluyentemente, no se ha vuelto tradición en la realeza británica. Y es que las leyendas de infidelidades y múltiples parejas en la familia real, son tan comunes y tradicionales como el desfile de cambio de guardia del palacio de Buckingham.
La línea podría comenzar con uno de los célebres monarcas del Imperio Británico; Enrique VII, quien era formidable, pelirrojo, atlético y déspota. Su obsesión enfermiza por procrear un heredero varón, lo llevó a recorrer múltiples camas y casarse con seis mujeres reconocidas por provenir de nobles familias. Tales eran: Catalina de Aragón, Ana Bolena, Jane Seymour, Ana de Cleves, Catalina Howard y Catalina Parr.
Lo lamentable de esta historia es que, de ellas, dos fueron decapitadas; Ana Bolena y Catherine Howard. Se divorció de tres acusándolas, descaradamente, de infidelidad. Finalmente, terminó sus días junto a Catalina Parr.
Remontándonos en este siglo XXI, es bien conocida la historia de Eduardo VIII, quien, cegado por el amor de una chica ordinaria, la norteamericana Wallis Simpson, renunció al trono en 1936 para poder casarse con ella.
Lo complejo de la situación en ese momento, a parte de que la señora Simpson era estadounidense, es que, además se había divorciado dos veces y era rechazada por la iglesia anglicana, algo muy mal visto en la moderada y conservadora corona británica.
Igualmente, el gusto por relaciones clandestinas tocó de cerca a Jorge VI, padre de la reina Isabel II y hermano de Eduardo VIII. Pues, fue su propio hermano quien confesó en una carta que Jorge VI había tenido un amorío con una mujer casada antes de ser rey.
En el texto escrito en 1919, se cuenta como Eduardo había distraído al esposo de Lady Sheila Loughborough para que su hermano, Jorge, pudiera estar a solas con ella. Jorge VI, estaba enamorado de la socialité australiana Lady Loughborough. En ese momento, su hermano Eduardo también tenía como amante a una mujer casada, Freda Dudley Ward.
En una carta dirigida a esta última le decía: "Simplemente no podía golpear una pelota de golf y Bertie, como le decían a Jorge VI, me pegó en la cabeza. Después del té logré atraer a Loughie, quien era Lord Loughborough, con el pretexto de querer jugar algunos hoyos más en el campo local, para darle a Sheilie la oportunidad de estar a solas con Bertie".
A Eduardo VIII lo sucedió el rey Jorge VI en 1936. La actual reina Isabel II, también tuvo que padecer las infidelidades de quien fue su compañero durante 73 años; el fallecido príncipe Felipe, duque de Edimburgo. De noble familia y notable carisma, algunos investigadores hablan de por lo menos seis adulterios reconocidos, aunque todos coinciden con que podrían ser muchos más.
De hecho, una de las frases más comunes sobre Felipe, es que le fue fiel hasta el último día de su vida a la Reina, pero no a su esposa. “Él emanaba masculinidad por cada uno de sus poros y era una promesa fuera y dentro de la cama. Un galán que no dejaba títere con cabeza pero que mantuvo su lealtad a la corona por encima de cualquier cañita al aire”, escribió Lady Colin Campbell, autora del libro The Queen’s Marriage, uno de los tantos que intentó develar su relación sentimental.
El príncipe Carlos, pese a que se casó con Diana Spencer en 1981, jamás dejó de ver a Camila. De hecho, Lady Di sabía que ella era una sombra constante que no despareció y que se hizo más fuerte tras el divorcio del Príncipe de Gales en 1992. Luego de eso, la relación entre Carlos y Camila se hizo pública, se casaron en 2005 y, en la actualidad, Camila podrá ser coronada como reina Consorte.
En los 15 años que duró el matrimonio con el príncipe Carlos, Lady Di también mantuvo algunas relaciones amorosas con otros hombres, mientras que el primogénito de la reina Isabel continuaba su romance con Camila Parker. De acuerdo con el documental The Story For Diana, ella siempre buscó el amor en los brazos de otro hombre debido a que se sentía sumamente triste y vacía por la relación extra marital de Carlos con Camila.
Kate Middleton y el príncipe William se han mostrado como una de las parejas más solidas de la familia real y muy cercano a lo perfecto, pero quizás no sea así. Hace algunos años surgieron los rumores de que el heredero a la corona tuvo un desliz con Rose Hanbury, la mejor amiga de su esposa Kate, con quien tenía una relación bastante cercana.
Los rumores comenzaron cuando la duquesa de Cambridge estaba embarazada de Louis en 2018 y justamente durante ese tiempo salieron a la luz unas fotos en diferentes medios donde William mostraba una actitud bastante cariñosa y llevaba de la cintura a Rose en un club nocturno.
De inmediato se armó un escándalo en el Palacio de Buckingham y a partir de ese momento la relación entre la duquesa y Rose se distanció, claro que Kate se encargó de que su ex mejor amiga no apareciera en ningún acto público que tuviera que ver con los royals. Hasta este momento ha sido el único escándalo incómodo que se ha presentado en la vida de los duques de Cambridge.