Aunque el príncipe Harry junto a esposa Meghan Markle y sus dos hijos, Archie y Lilibet, viven desde más de un año en California, el monarca decidió conservar Frogmore Cottage, una cabaña que se ubica en los terrenos del castillo de Windsor la cual fue cedida por la reina Isabel II luego de su boda.
Harry decidió renovar el contrato de arrendamiento del inmueble, en que el vive su prima la princesa Eugenia junto a su esposo Jack Brooksbank y su hijo August, mientras los duques de Sussex se encuentran en Estados Unidos, según publicó The Telegraph.
La poderosa razón por la cual el hijo del príncipe Carlos y la fallecida Lady Di habría mantenido el inmueble a su nombre es porque aún sigue siendo uno de los cuatro Consejeros de Estado de su abuela.
Esto también lo convierte en una de las cuatro personas en la línea de sucesión inmediata al trono que son su padre; su hermano William, el duque de Cambridge y su tío, el príncipe Andrés, quienes pueden asumir los deberes reales en caso de que la soberana esté indispuesta, como recientemente sucedió luego de que la su Majestad dio positivo a Covid-19, lo mismo que su primogénito, mientras que William se encontraba en el extranjero y el duque de York renunció a sus funciones públicas tras el escándalo que lo relacionó con Jeffery Epstein.
Los Sussex pagaron 2.4 millones de libras esterlinas para la remodelación de la casa de Windsor, lo cual ya incluye el alquiler hasta marzo de 2022.
Aunque Harry y Meghan han decidido seguir contando con un domicilio en Inglaterra, es poco probable que regresen para el servicio conmemorativo en honor al duque de Edimburgo el próximo mes que se celebrará el próximo 29 de marzo en la abadía de Westminster. Una de las razones que ha argumentado Harry para no regresar a Gran Bretaña es la falta de seguridad tanto para él como para su familia.