Que el Super Bowl se jugara en Los Angeles garantizaba que las plateas serían similares a las Forum de Inglewood en los 80 y 90 cuando jugaban los Lakers. Es decir, plagadas de actores de cine y celebridades. Pero hubo uno que se robó las miradas y la atención de todo el mundo: el Príncipe Harry.
El Duque de Sussex generó un mayor magnetismo, por ejemplo, que la pareja del momento, JLo y Ben Affleck, por citar solo a un par de celebridades que estuvo el domingo pasado en el SoFi Stadium que, coincidentemente, queda en Inglewood.
Harry llegó a ver el máximo ritual del deporte y del enterteinment estadounidense junto con su prima, la Princesa Eugenia, hija del impopular por estos días Príncipe Andrés.
Si bien ambos tienen seis años de diferencia, compartieron la infancia porque sus madres eran muy amigas: Diana Spencer y Sarah Fergusson. Eugenia es la primera integrante de la realeza que visita a Harry y Meghan en California. Y, por lo tanto, fueron los primeros "Royals" en conocer a la pequeña hija de los Sussex, Lilibet Diana, quien aún no ha visto en persona a su abuelo, el Príncipe Carlos, ni a su bisabuela, la Reina Isabel II.
Entradas conseguidas por auspicio
Nadie sabía que el Príncipe Harry estaría en el SoFi Stadium el domingo por la tarde.
Harry consiguió las entradas para el gran evento gracias a un beneficio de su trabajo. El Duque de Sussex y la Princesa Eugenia vieron el Super Bowl en la suite que la compañía Salesforce tiene en el SoFi Stadium.
Salesforce es uno de los patrocinadores de la aplicación Better Up, en donde Harry trabaja como director de impacto. El hijo menor de los Príncipes de Gales disfrutó de las tackleadas y touchdowns al mismo tiempo que charlaba feliz con su prima. Mientras, su esposa Meghan Markle y el marido de Eugenia, Jack Brooksbank, ciudaban de los hijos de ambos matrimonios en la mansión de los Sussex en Montecito.
Harry no pasó inadvertido
Tras el partido, el Príncipe Harry visitó el vestidor de los campeones, Los Angeles Rams, la franquicia que juega como local en ese mismo estadio y que solo había ganado el Super Bowl una vez antes cuando estaban en Saint Louis, Missouri.
Harry sonrió en todo momento y los Rams estaban encantados de que el Príncipe los visitara en el núcleo más íntimo del festejo. Ninguna otra celebridad tuvo acceso al lugar.
El equipo publicó fotos del Duque de Sussex nada más que con el apetecido Trofeo Lombardi y tuiteó: "Me siento como la realeza. #SBLVI".
Feelin' like royalty. #SBLVI pic.twitter.com/V2TvH9CsJH
— Los Angeles Rams (@RamsNFL) February 15, 2022
Harry era un estadounidense más, con una gorra de los Rams sobre su pelirroja cabellera. Ya no era el inglés sin patria que abdicó de la realeza hace dos años. En ese instante, era una especie de Príncipe de Bel-Air que se sentía pleno.
Luego, conversó un largo rato con el dueño de los Rams, Stan Kroenke, quien también es propietario del Arsenal del Reino Unido.
Harry fue un rockstar en Hollywood, en un lugar extremadamente alejado del escándalo de su tío, el Príncipe Andrés; las dudas sobre la organización de beneficencia de su padre, el Príncipe Carlos; la ascensión de Camila Parker como reina consorte, y el Jubileo de Platino de su abuela, la Reina Isabel II.