La sonrisa de Camila no ocultaba un estado de felicidad sublime. La recibieron niños que ondeaban banderas británicas, poco después de que la Reina Isabel II anunciara que sería coronada junto con Carlos cuando éste sea rey.
La duquesa de Cornualles, de 74 años, iba con un traje de tartán y le expresó a una multitud emocionada su placer por regresar a su ciudad natal, antes de plantar un árbol y sentarse en un salón de clases. “Yo sería la última de la clase”, bromeó con los niños sobre su lección de matemáticas.
Hace 30 años, pocos podrían haber imaginado a Camila entreteniendo a los niños en Somerset y esa misma noche organizando en Londres una brillante recepción para el equipo ecuestre olímpico de Gran Bretaña. Hace 30 años, la Reina Isabel II simplemente le tenía prohibido el ingreso al Palacio de Buckingham.
Conocida como la "Mujer Escarlata", había sido blanco de panes arrojados en el estacionamiento de un supermercado por compradores indignados, quienes manifestaban su disgusto porque el Príncipe Carlos traicionó a la querida Princesa Diana.
Peor aún, Camila se sintió completamente humillada por la publicación de una conversación telefónica grabada en secreto y cargada de contenido de grueso calibre con Carlos.
Camila era la amante de Carlos. El Príncipe de Gales se vio forzado a reconocerlo. El matrimonio con Diana se terminó, vinieron los escándalos y el triste final del accidente de Lady Di en París, que le costó la vida. En el subconsciente de muchos aparece la imagen de Camila como responsable directa del trágico final de la llamada "princesa del pueblo".
A Camila la había abandonado su esposo, era mayor que el heredero del trono y fue la "tercera" en el matrimonio real. Por lo tanto, en esos años, la opción de que Carlos pudiera llegar a casarse con Camila era descabellada. Y la idea de que ella pudiera ser la reina era sencillamente inimaginable.
Desde entonces, con determinación y habilidad, Carlos ha diseñado la estrategia para que Camila pueda ser parte de la familia real.
El éxito llegó con la declaración de la Reina el día que celebró su ascenso al trono hace 70 años y donde dijo que Camila estaba en condiciones de apoyar la monarquía británica de 10 siglos.
La regla de oro de Camila: "Se trata de deber y servicio", había recibido recompensa.