El 26 de noviembre medios estadounidenses reportaron la muerte de la cantante y actriz Irene Cara a los 63 años, quien en la década de los 80 gozó de gran fama tras participar en la película Fame (1980) y posteriormente en Flashdance (1983). Además de tener una exitosa carrera en el cine incursionó en la música logrando consolidarse como una gran artista de esos años.
Sin embargo, sus últimos años estuvieron muy alejados del glamour de Hollywood al que alguna vez estuvo acostumbrada. Sus vecinos de Largo, Florida, aseguran que Cara se esmeró en mantenerse alejada de las personas y protegió obsesivamente su privacidad.
Roseann Nolan, quien vivía al otro lado de la calle de Irene, conversó con el New York Post y aseguró que la actriz vivió como una ermitaña antes de morir en soledad. “Ella era una reclusa. No hablaba con nadie. Ni siquiera sabía que ella vivía allí hasta hace unos años. Fue el secreto mejor guardado de la historia”, comentó Nolan.
La vecina que vivía al lado de Irene Cara, María Contreras, intentó formar una relación de amistad con la artista; sin embargo, no obtuvo la respuesta que esperaba. “Le enviaba un mensaje de texto o la llamaba para invitarla a dar un paseo, pero no recibí respuesta durante días. Y ella nunca devolvería la llamada usando su teléfono celular. Llamó desde su computadora porque estaba preocupada por la privacidad. No se veía bien y dijo que tenía problemas de salud”, comentó la vecina de Cara.
Contreras relató al medio estadounidense un curioso episodio que vivió con la cantante cuando quiso remodelar su casa. “Se enojó mucho conmigo cuando derribé una cerca entre nuestras casas porque quería poner una nueva. Me envió mensajes tan locos que los guardé en mi teléfono. Le preocupaba no estar a salvo con la valla derribada, ni siquiera por un día”, aseguró la mujer.