Celebridades

Las insólitas tradiciones navideñas que instauró la Reina Isabel II

Hablar en francés, obsequiar regalos curiosos, el uso del tenedor sin pinchar la comida y doblar las servilletas son parte de las reglas no escritas que dejó la soberana.

Isabel II dejó una decena de tradiciones navideñas dentro de la familia real. - Créditos: Instagram

Esta fue la primera Navidad en 71 años sin Isabel II como matriarca de la familia real. La tradición que ella impuso de celebrarlo en Sandringham desde los 80 la mantuvo el Rey Carlos III, pero hay una decena de costumbres navideñas de la Reina que posiblemente van a seguir existiendo.

La mayoría de ellas son bastante peculiares y algunas un tanto absurdas para los plebeyos, pero la realeza tiene particularidades dignas de ser contadas.

Por ejemplo, todos están obligados ir a la finca real de Norfolk, donde está Sandringham. Incluso la Princesa Diana de Gales, en los peores momentos con su esposo Carlos, no pudo pasar las Fiestas con los Spencer. A Kate y William solo se les autorizó en 2016 a estar con los Middleton.

Regalos bromistas y baratos

Los Windsor colocan sus regalos sobre una mesa y los intercambian. La condición es que sean baratos, alegres y divertidos, dentro de los márgenes de su humor.

Dicen que la tradición comenzó como una manera de sacarse el estigma de los alardes de riqueza. Y la idea es que todos se rían cuando alguien desenvuelve su presente. 

La caminata a la iglesia

Los lugareños de Norfolk se alinean en las calles que conducen a la iglesia de Santa María Magdalena para ver pasar a la familia real que va a misa. El clan Windsor, sin contar a los niños, saluda a los vecinos y están en vitrina para los fotógrafos y medios de comunicación.

La última caminata célebre fue la de 2017, cuando Meghan Markle le hizo su primera reverencia en público a la Reina Isabel II, la misma que hace poco caracterizó burlescamente en el documental "Harry & Meghan" de Netflix.

La de este año tuvo a los Príncipes de Gales como estelares y al Príncipe Louis como centro de atención, debido a que era su debut en esta actividad.

Control de peso antes y después de la cena

La editora en jefe de "Majesty", Ingrid Stewart, explica que cada integrante de la familia real se pesa antes y después de la cena de Navidad. Explica que es una tradición que se remonta a principios del siglo pasado durante el reinado de Eduardo VII. Los Windsor disfrutan de tres comidas en el día de Navidad.

Hablar en francés

El menú de la cena de Navidad está impreso en francés. La Reina Isabel II hablaba ese idioma con mucha fluidez y le encantaba presumir de él durante todas las cenas formales, incluida la de Navidad.

Prohibido el ajo

Isabel II le tenía fobia a los ajos, principalmente por el olor que provocaban. Por lo tanto, estaban prohibidos en todas las comidas reales. "Se están perdiendo el ajo porque, en el Palacio de Buckingham, no cocinas con ajo. Supongo que es pata evitar un 'eructo real'", dijo el ex chef real John Higgins al "National Post" en 2016.

La comida termina cuando finaliza la Reina

La soberana es quien determinaba cuándo finalizaba la cena. Y eso ocurría cuando Su Majestad tomaba su último bocado y dejaba el tenedor a un costado del plato. En ese momento, todos dejaban de comer y se retiraban la mesa, aunque varios no hubiesen terminado con su cena. No esta claro si el tema será similar con el Rey Carlos III.

Servilletas por la mitad

Las servilletas deben estar dobladas por la mitad en todo momento para evitar manchas desagradables o trozos de comida a la vista. El protocolo indica que los miembros de la realeza se deben limpiar suavemente la boca y las manos dentro del pliegue de sus servilletas.

El regla de oro del tenedor

Diestros o zurdos deben tener el cuchillo en la mano derecha y el tenedor en la izquierda con los dientes hacia abajo. Cuando cortan un trozo de comida lo deben equilibrar en la parte superior del tenedor y por ningún motivo de atravesarlo con los dientes.

No quitar el árbol de Navidad hasta febrero

A la Reina Isabel II le gustaba mantener el ambiente navideño hasta la segunda semana de febrero. La razón era sostener el espíritu de las Fiestas hasta la conmemoración de la muerte de su padre, el rey Jorge VI, quien falleció el 6 de febrero de 1952. Posteriormente regresaba a Londres.

 

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