Se acerca la navidad y con ella las tradiciones que hay a su paso, y como toda familia común y corriente, la realeza británica tiene sus propio protocolo como la cena de etiqueta, el servicio religioso, pero también intercambian regalos y contrario a lo que se podría pensar, a veces se dan cosas graciosas.
Desde hace muchos años ha trascendido que a los miembros de la realeza británica le gusta sorprenderse con regalos extravagantes y que arranquen risas, en lugar de gastar en lujosos objetos.
Estas son algunas cosas divertidas que algunos miembros de la familia se han dado:
De acuerdo con la biografía real Finding Freedom, durante la navidad del 2017 Meghan sorprendió a su cuñado, el príncipe Guillermo, con una cuchara que tenía un juego de palabras “cerial killer” (asesino de cereales).
Kate Middleton le regaló a la reina un guiso que solía preparar su abuela en su primera navidad con la familia real y también hizo reír al príncipe Harry un kit "cultiva tu propia novia" cuando era soltero.
Según el libro, Harry le hizo uno de los regalos más divertidos a su abuela: "Le regaló a la Reina un gorro de ducha con la frase 'Ain't life a [explicit]', que a ella le encantó".
"En otra ocasión le regaló a su abuela un juguete Big Mouth Billy Bass que, según se dice, aún se encuentra en Balmoral, su refugio escocés, y hacía reír mucho a la reina".
Y pese a que es más serio, el príncipe William también hizo reír a la difunta reina Isabel al darle en navidad unas pantuflas de descanso con la cara de la monarca.
Y la princesa Ana no se queda atrás, ya que le dio a su hermano Carlos un asiento de cuero para el baño y también le regaló a su padre, el Príncipe Felipe, un molinillo de pimienta con una luz.