El New York Times ha sido el blanco de las críticas en el Reino Unido por un artículo de opinión que acusó a la familia real británica de racismo y sugirió que Meghan Markle tuvo que pagar con "su vida" el haberse casado con la institución.
Bajo el título "Cuando Harry conoció a Meghan", la columnista Roxane Gay dijo que "Harry y Meghan estaban salvando sus vidas al dejar la realeza y preservar la tranquilidad que podían salvar de los restos de los casi tres años que pasaron intentando para solicitar el apoyo de la familia real".
Gay sugiere que el privilegio de los Sussex "no pudo protegerlos del racismo que, en última instancia, forzó la brecha entre ellos y la familia real".
Agrega que "cuando el Príncipe Harry conoció y se casó con la actriz estadounidense Meghan Markle, vimos, en tiempo real, cuán alto era el precio que la corona estaba dispuesta a pagar para sacar a una extraña, incluida su vida".
El deslenguado y promonárquico opinólogo real Piers Morgan dijo en sus redes sociales: "Dios mío... El New York Times publica una vergonzosa destrucción de Gran Bretaña y nuestra Familia Real, incluida la demanda de que se desmantele la Monarquía. Esto es lo que han hecho los Sussex con todas sus mentiras: hacer que el mundo nos vea como un montón de racistas insensibles".
Monarquía racista
Gay es escritora y comentarista social que colabora con el New York Times desde hacer varios años.
En el artículo, Gay dice que "incluso en el exilio real, Meghan interpreta el papel de una princesa perfecta" y describe a Harry como "elegante y sereno, pero como alguien que ha vivido toda su vida como heredero al trono".
Gay añade: "Sería fácil descartar a los Sussex y su difícil situación. Pero su inmenso privilegio no pudo protegerlos del racismo que, en última instancia, forzó la brecha entre ellos y la familia real. Al final, el racismo fue más poderoso que los lazos familiares. La constante falta de voluntad de la monarquía para proteger a Meghan Markle frente a la horrible cobertura de los diarios y el acoso en línea era indefendible”.
Gay detalla que: "Harry y Meghan parecían contentos de ser parte de la familia real si la familia real hubiera estado dispuesta a aceptar el cambio".
Y agrega un juicio categórico: "La monarquía no necesita ser cambiada. Necesita ser desmantelada. Si Harry y Meghan hubieran reconocido eso, habría hecho su historia infinitamente más interesante”.