El príncipe Harry (38) y Meghan Markle (41) decidieron dejar a un lado sus labores profesionales y el cuidado de Archie (3) y Lilibet (1) y darse una escapada romántica para disfrutar de una cena como pareja. Los duques de Sussex improvisaron una noche para ellos, alejados de cualquier responsabilidad.
De acuerdo con un testigo que presenció la velada, Meghan y Harry eligieron el restaurante Ojai para disfrutar de una noche romántica. En declaraciones recogidas por la revista ¡Hola! la fuente aseguró que los duques llegaron solos al lugar. “Vinieron solo ellos dos, y fue muy improvisado, sin reservas, muy discreto”, dijo al informante.
"Les encantó la comida: los naans (una especie de pan originario de la India) se hacen en casa, se tardan dos días en hacerlos desde cero, en un horno Tandori importado. El chef incluso hace su propio ghee. Todos dijeron que estaban realmente cómodos y pasaron un rato muy agradable", describió el testigo para la publicación.
El lugar que visitaron los integrantes de la familia real es un establecimiento que durante las mañanas sirve como panadería y por las noches se transforma en un restaurante birmano con un chef oriundo de Birmania. Se encuentra a unos 32 kilómetros de la mansión de Montecito donde viven junto a sus dos hijos.
Según ¡Hola! existen altas posibilidades de que la madre de Meghan, Doria, haya sido la encargada de cuidar a Archie y Lilibet mientras la pareja disfrutaba de un momento a solas tras los ajetreados días que han vivido con la salida de las memorias del hijo del rey Carlos III y las grabaciones de Archetypes, el podcast de la ex estrella de Suits.
Doria ha sido crucial para los Sussex desde que abandonaron sus deberes reales y decidieron mudarse a Estados Unidos, pues la mujer se ha convertido en un gran apoyo para su hija y su yerno, incluso Markle reveló en su programa que su madre es fundamental para su vida. "Me hizo pensar en todas las formas en que mi madre me apoyó, cómo me cuidaba a mí, a la casa y a ella misma y cómo hacía tantos malabares", dijo.