La Reina Isabel II mantuvo sus deberes reales en todo momento, especialmente después de dos hechos impactantes que la afectaron sobre el final de su vida: la muerte de su esposo, el Príncipe Felipe, y el diagnóstico del cáncer a la médula ósea.
Pero no todo fue trabajo. La monarca estaba encantada con la serie de televisión "Line of duty" y se las arreglaba para sintonizarla en el horario correspondiente en BBC.
Así lo detalla la biografía de Gyles Brandreth llamada "Elizabeth: An Intimate Portrait".
El autor, quien fue cercano al Príncipe Felipe y que conoce de cerca al Rey Carlos III, narra: "Inmediatamente después de la muerte del príncipe Felipe, el vicealmirante Sir Tony Johnstone-Burt, el alegre amo de la casa, me dijo: 'Mi deber principal con Su Majestad ha sido mantener el ánimo, así que he estado viendo Line Of Duty con ella. Soy el 'explicador'. Es muy divertido".
Brandreth explica que Isabel II se reía mientras luchaba por entender la trama intrincada y, a veces, el diálogo incomprensible del drama policial británico.
El monólogo de Johnstone-Burt agrega: "Disfrutaba viendo la televisión y Su Majestad me dijo: 'Me mantiene en contacto, cuando puedo entender lo que se dice. Hay un montón de murmullos en la televisión ahora. No es mi oído. Simplemente no parecen hablar tan claramente como solían hacerlo'".
Pese a que lleva un lustro en el catálogo de Netflix, "Line of duty" es una de las series más demandadas en Latinoamérica. El drama policial tiene cinco temporadas y cuenta la historia de un par de detectives de la unidad anticorrupción de la Policía Metropolitana de Londres.