La nueva biografía de la fallecida reina Isabel II, Elizabeth: An Intimate Portrait, reveló diversos detalles de la vida íntima de la monarca, entre ellos que antes de su muerte enfrentó un diagnóstico de cáncer que la hizo sufrir fuertes dolores. La publicación, escrita por Gyles Brandreth un amigo cercano a la familia real, también narró la preocupación que tuvo Su Majestad por la relación entre el príncipe Harry (38) y Meghan Markle (41).
Según el libro, Isabel II le dio la bienvenida a la familia real a Meghan Markle aunque mostró su preocupación porque el hijo del rey Carlos III estaba "demasiado enamorado" de su nueva novia, contó en el escrito Brandreth, un confidente cercano y de confianza de la casa Windsor, quien agregó que la reina estaba genuinamente encantada con la mujer que su nieto había elegido para su esposa.
De acuerdo con lo dicho en el libro, la monarca quedó muy dolida después de que los duques de Sussex decidieron abandonar sus deberes reales y mudarse a Estados Unidos, lejos de cualquier asunto que tuviera que ver con la realeza.
En Elizabeth: An Intimate Portrait también se abordó lo que pensó la reina posterior a la explosiva entrevista que la pareja ofreció a Oprah Winfrey, en la cual se lanzaron contra algunos miembros de la monarquía que se habrían mostrado preocupados por el color de piel que tendría Archie, el primogénito de los Sussex, calificándola como “tontería televisiva”.
Se sabe que la fallecida Isabel II tenía un cariño muy especial por Harry, incluso muchos han señalado que era el nieto consentido y que fue realmente doloroso para ella cuando los Sussex se mudaron a Estados Unidos y cuando se alejaron de la familia. Cuando murió la reina, Harry y Meghan se encontraban en Inglaterra; sin embargo, no lograron despedirse de ella.