Han pasado 25 años desde que Leonardo DiCaprio (48) y Kate Winslet (47) enamoraron al público al protagonizar una de las películas más taquilleras de los últimos tiempos, Titanic. La cinta fue merecedora de varios premios, incluyendo 11 estatuillas de los Oscar; sin embargo, durante la filmación de la cinta ocurrió un incidente muy particular que dejó a James Cameron (68), director de la película, y a varios actores en el hospital.
El 9 de agosto de 1996, cuando se rodaba la película, aproximadamente 50 miembros del reparto y del equipo de producción fueron trasladados a un centro de salud tras disfrutar de un buffet de medianoche que incluía mariscos. La primera sospecha que se tuvo fue una posible intoxicación alimentaria.
No obstante, al poco tiempo después de este hecho, se dieron a conocer las pruebas que revelaron la verdadera razón que ocasionó que parte de los miembros del Titanic fueran a parar a la sala de emergencia de un hospital y que su director terminara confundido y con el rostro ensangrentado.
De acuerdo a la información difundida por el medio Vanity Fair, el Servicio de Policía Regional de Halifax emitió un comunicado que confirmó lo que muchos en el set sospechaban; habían sido drogados. Alguien había mezclado la sopa de langosta con fenciclidina, una droga conocida como PCP o polvo de ángel. La fenciclidina es una droga usada como agente anestésico que posee efectos alucinógenos y neurotóxicos.
Cameron comentó al referido medio estadounidense que tuvo que pararse de la mesa para vomitar. El cineasta estaba convencido de que se había intoxicado con alguna “neurotoxina de mariscos paralizante”, pero se equivocaba. El director manifestó en la entrevista que al volver al lugar de la cena “no había nadie”. Al respecto, señaló: “Estoy de pie frente a los monitores, cerca de la cámara, y la habitación está vacía. Era como La dimensión desconocida”.
Pocos días después del hecho, el fallecido actor Bill Paxton narró a Enterteinment Weekly lo que él mismo había presenciado en el set: “El equipo estaba dando vueltas. Algunas personas se reían, otras lloraban, otras vomitaban”. La cosa es que todos parecían estar luchando contra los efectos de la sopa, y así fue que de inmediato fueron trasladados en camionetas al Hospital General de Dartmouth, donde un rato más tarde se vivieron escenas cuasi surrealistas.
Por otra parte, James contó a Vanity Fair que, en un momento dado, mientras ocurrían los eventos psicodélicos de la noche, un miembro del equipo se acercó a él y le clavó un bolígrafo en el rostro. “Estaba sentado ahí, sangrando y riéndome”, contó el director.
Lo curioso del acontecimiento es que ni la policía ni los que sufrieron el envenenamiento psicodélico, pudieron saber quién fue el autor de tal caos, por lo que aquel incidente todavía permanece impune. Aunque Cameron sospechaba de un miembro de la producción que había sido despedido en días recientes a los sucesos, nada pudo confirmarse.