En el poco tiempo que tiene el Rey Carlos III (74) en el trono británico, tras la muerte de su madre, la Reina Isabel II, el monarca ha decidido tener un gesto considerable con dos de sus hermanos, la princesa Ana (72) y el príncipe Eduardo (58), con el cual demostraría la buena relación que tienen entre ellos.
El rey de Reino Unido solicitó recientemente al Parlamento Británico cambiar algunas leyes a favor de sus dos hermanos y así poder aumentar el número de monarcas interinos que podrán representarlo en actos públicos cuando él esté ocupado o indispuesto.
"Para garantizar la continua eficiencia de los asuntos públicos cuando no estoy disponible, como cuando estoy desempeñando funciones oficiales en el extranjero, confirmo que me satisfaría, si el Parlamento lo considera conveniente, que el número de personas que pueden ser llamadas a actuar como Consejeros de Estado según los términos de las leyes de Regencia de 1937 a 1953 incluya a mi hermana y a mi hermano, la Princesa Real y el Conde de Wessex y Forfar, quienes ya anteriormente asumieron este papel", señala la petición del monarca a los diputados.
La elección con la princesa no toma por sorpresa a muchos, ya que desde muy pequeños ambos han demostrado tener una relación muy cercana como hermanos, esto debido a que Ana se convirtió en su cómplice y en una persona fundamental que lo ha apoyado en los momentos más difíciles que le ha tocado pasar, como lo fue su complicado matrimonio con Diana y su romance clandestino con Camila (75), reina consorte de Inglaterra.
Por su parte, la elección del conde de Wessex para suplirlo en actividades públicas se debe, de acuerdo con algunos expertos de la realeza, a su fidelidad y buen comportamiento. Además de ello, los especialistas alegaron que, en un futuro no lejano, Eduardo podría recibir el titulo que dejó vacante su padre, príncipe Felipe, tras su muerte en 2021, y convertirse en el nuevo duque de Edimburgo.