Camila Parker Bowles se convirtió en reina consorte después de la muerte de Isabel II y fue la nonagenaria monarca quien le pidió a su pueblo que aceptara a la esposa del futuro Rey Carlos III.
En los 90, Camila fue cancelada de la noche a la mañana cuando se filtró su llamada telefónica con Carlos, que era la evidencia del adulterio del entonces Príncipe, quien estaba casado con Diana de Gales.
La percepción del público desde ese momento, hace 25 años, ha cambiado considerablemente. En parte, porque la percepción general ha variado hacia el progresismo y también por el gran trabajo de las relaciones públicas de la realeza.
La experta en realeza Tiwa Adebayo comentó: "La gente se sintió indignada por su flagrante falta de respeto por Diana. Los leales acérrimos incluso cuestionaron la capacidad de Carlos para gobernar".
"Siendo real, por supuesto, Carlos estaba protegido y eso estaba reservado para la 'malvada tentadora' que había descarriado a nuestro futuro rey", agregó Tiwa en declaraciones con "The Independent".
"La mejora de la reputación de Camila Parker Bowles ha sido el mayor proyecto de relaciones públicas de la realeza hasta la fecha", dice Adebayo. "Ha tomado 25 años, pero está claro que ha valido la pena".