La cancelación del compromiso de Tamara Falcó (40) e Íñigo Onieva (33) fue algo que impactó a sus miles de seguidores, no solo por el hecho del rompimiento, sino por cómo se dio la ruptura entre ambos, pues todo se debió a unas comprometidas imágenes del joven empresario besando a una mujer en el festival Burning Man de Nevada, a solo unas pocas horas de haber comunicado públicamente su intención de casarse con la marquesa.
Tras el adiós sin vuelta atrás de Falcó a Onieva y las contundentes declaraciones de la hija de Isabel Preysler acerca de su cero intención de volver con él, muchos medios televisivos se han dado la tarea de evidenciar la situación en la que se encuentra el joven.
Y es que mientras Tamara Falcó estaba en México, reivindicando la familia tradicional, atacando a la diversidad sexual y hablando de su ruptura con Íñigo, su ex prometido estaba de fiesta en la capital española, según publicó la revista Semana.
Por otra parte, el programa matutino conducido por Ana Rosa Quintana para el canal Telecinco en España, confirmó que lo informado por la revista es totalmente cierto. “Testigos que estuvieron allí, este fin de semana, nos dicen que ya no estaba tan derrumbado le vieron muy animado”, comentó la reportera Adriana Dorronsoro para dicho show.
Según la periodista, Íñigo se encontraba en una fiesta privada en un centro nocturno de la ciudad madrileña llamado: Impossible Club de Madrid, al que solo se puede acceder con invitación. De hecho, Dorronsoro comentó lo que él mismo definió como su “despedida de casado”.
La marquesa de Griñón ha dado ya su versión de los hechos asegurando que “hay muchísimo más de lo que hemos visto y que ella desconocía” y que ve “imposible” una reconciliación, Onieva ha preferido guardar silencio sobre el tema y hablar con sus abogados para estudiar cómo gestionar su imagen, que se ha visto seriamente dañada hasta el punto de convertirse en el “villano de España”.