En ocasiones la realidad supera la ficción, pues algunos príncipes, princesas e incluso reyes han optado por renunciar a todos los beneficios de ser miembros de la realeza con tal de poder pasar el resto de su vida con la persona que ellos desean y aman, sin importar que su matrimonio sea prohibido.
Es bien sabido que los miembros de las familias reales deben llevar una vida llena de protocolos como dietas, códigos de vestimenta y demostraciones de afecto en público. Además, no pueden relacionarse con cualquier persona que no cumpla con los estándares establecidos por ellos, ya que la autoridad de la monarquía depende de la estabilidad de sus matrimonios y de la solidez de la familia real.
Por esta situación hay quienes simplemente no pueden o no quieren adaptarse a los peculiares rigores de la vida en el entorno de la realeza, por lo que algunos de sus miembros deciden renunciar a sus títulos y obligaciones dentro de la corona y llevar una vida diferente.
Rey Eduardo VIII de Reino Unido
Uno de los escándalos más sonados del siglo XX fue el caso del Duque de Windsor, quien después de solo un año de haber sido coronado como rey, decidió leer su renuncia en directo, específicamente en la cadena BBC. La razón de dicha decisión se debió a su deseo de contraer nupcias con Wallis Simpson, una estadounidense dos veces divorciada de quien se enamoró profundamente.
Príncipe Harry
El duque de Sussex (38) sorprendió a todos en el 2020 al anunciar que renunciaba a representar a la familia real británica y a los cargos que se le habían asignado, esto con el objetivo de poder vivir en paz y felicidad con su esposa, Meghan Markle (41) y sus hijos Archie (3) y Lilibet (1). Sin duda alguna la decisión del hijo menor del rey Carlos III (73) generó polémica y miles de comentarios.
Princesa Sayako de Japón
Sayako (53), la hija menor de los que fuera emperador de Japón, Akihito (88), renunció a sus títulos por amor. En 2005 decidió casarse con el funcionario municipal y urbanista Yoshiki Kuroda (57). En su fiesta de compromiso comunicó que abandonaría la casa imperial, su título de alteza y sus obligaciones.
Princesa Mako de Japón
La nieta mayor de Akihito, hija de Fumihito, siguió los pasos de su tía Sayako y el año pasado renunció a sus títulos por amor. Mako (30) se casó con Kei Komuro (30), un compañero de universidad sin sangre real, por lo que ella perdió sus derechos y obligaciones como parte de la corona nipona. Según la ley japonesa, los miembros femeninos de la familia imperial pierden su posición si se casan con un "plebeyo".
Friso de Holanda
El príncipe Friso se enfrentó al Gobierno y a su madre, la reina Beatriz, para poder casarse con Mabel Wisse (56). La boda se llevó a cabo en 2004, él renunció a su puesto en la línea sucesoria y se mudaron a Londres.
Friso falleció en 2013 a causa de las lesiones que le provocó un accidente de esquí. Su viuda hoy mantiene una relación cordial con su familia política y su título de princesa.