Luego de que hace unos meses Eugenia Cauduro (54) sorprendiera con su radical cambio de apariencia, producto de haber bajado casi 20 kilos, la actriz se sinceró y aseguró que fueron las palabras de su hijo lo que la motivaron para tener fuerza de voluntad y transformarse para verse y sentirse mejor.
De acuerdo con lo que declaró en el programa El minuto que cambió mi destino, del periodista Gustavo Adolfo Infante, Cauduro indicó que se refugió en la comida tras caer en una depresión al descubrir la infidelidad de su ex pareja.
La actriz confesó que pese a que no le gustaba como se veía, se sentía muy cómoda y no tenía intenciones de cambiar hasta que uno de sus hijos le dijo unas palabras que la hicieron ser consciente de su situación y encontró la motivación para regresar a su peso ideal.
“La culpa es terrible. Cuando me di cuenta, dije: ‘¿De plano? En qué momento, ¿qué hiciste?’. Me di cuenta pero no era consciente y pasaban los años y los años y se hizo un estilo de vida nuevo, en donde además estaba yo cómoda. Nadie me buscaba, nadie me pretendía, nadie me daba lata, yo estaba muy bien con mis hijos, a nadie tenía que dar explicaciones…”, indicó la actriz.
Eugenia también indicó que pese había transformado su físico, decidió regresar a las pantallas: “Hasta que empecé a grabar, ese nuevo cuerpo me dio oportunidad de hacer nuevos personajes. Le tengo mucho que agradecer a esa etapa, todo lo que he aprendido”.
Pero fue la frase que le dijo su hijo lo que la convenció de cambiar: “Mi hijo, hace unos ocho o siete años yo un día le pregunté, comiendo unas hamburguesas: ‘¿Y eres feliz?’ Me encanta tener conversación con mis hijos, de todo, desde chavitos, tengo un vínculo bien padre con ellos. Me dice: ‘Sí, bueno, hay una sola cosa. Me gustaría tener otra vez a mi mamá delgada, es que como que ya no juegas con nosotros’”.
Tras las duras palabras de su hijo, Eugenia Cauduro se dio cuenta que no sólo se sentía mal, sino que esta situación la estaba alejando de su familia: “Yo cada vez estaba más gorda y cada vez me costaba más trabajo subirme a la patineta, a la bicicleta y entonces nada más los veía y les decía: ‘Muy bien, mi amor’, pero ya no interactuaba como antes, entonces ese cuerpo me alejaba cada vez más de ellos y me cansaba más. Él me estaba diciendo: ‘Extraño a mi mamá, la de antes’…”.
Por último, Eugenia también contó que tras haber tomado la determinación de transformar su estilo de vida, buscó el apoyo de profesionales que la orientaron durante su proceso: “Entonces eso fue lo que hizo que empezara a pensar en adelgazar y lo intenté muchas veces. Fui con nutriólogos… yo tengo una personalidad ingobernable, y ahí es donde empecé a encontrar que estaba la solución”.