En su gira por el Pacífico Sur y Oceanía de 2018, el Príncipe Harry y Meghan Markle estaban convirtiéndose en furor. Multitudes acudían a verlos y el estilo refrescantemente informal de la ex actriz de "Suits" estaba resultando ser todo un éxito.
Detrás de las cámaras, sin embargo, la historia era completamente diferente, según lo detalla el libro "Courtiers: The Hidden Power Behind The Crown", de Valentine Low, que trae extractos de adelanto en "Daily Mail".
Aunque disfrutó de la atención de las cámaras de televisión y de los medios de comunicación, Meghan no entendió el real objetivo que tienen las giras reales, los paseos y, especialmente, el estrecharle la mano de innumerables extraños.
Según integrantes del personal, a la duquesa de Sussex se la escuchó decir en varias oportunidades durante la gira de 2018 la exclamación: "¡No puedo creer que no me paguen por hacer esto!".
Si bien a los funcionarios del palacio no les caía nada de bien escuchar esas palabras en boca de Meghan, sabían que había mucho en juego con ella y recibieron las instrucciones del caso. El origen afrodescendiente y el hecho de ser conocida por su carrera previa como actriz significaba que no podían permitirse repetir los errores que se habían cometido anteriormente con la princesa Diana.
El tema de Diana de Gales fue un duro golpe para el prestigio de la realeza, a quien se le acusaba de causar que la esposa de Carlos no se sintiera bienvenida o no hubiese habido respuesta para sus necesidades.
Con Meghan intentaron por todos los medios no cometer el mismo error, pero se encontraron con una personalidad diferente. El libro plantea los malos tratos de la duquesa al personal de la realeza, lo que llevó a un grupo de asistentes a autocalificarse como "los sobrevivientes de los Sussex".