Hace 41 años, el ahora rey Carlos III (73) se comprometió con Lady Di (36) con un anillo que hoy es icónico pero que en su momento fue muy criticado, además fue el símbolo de un controvertido matrimonio que estuvo plagado de sinsabores, pero que con el paso del tiempo se volvió una de las joyas más reconocidas en el mundo.
La tradición entre la realeza dicta que los anillos de compromiso los haga el joyero real, sin embargo, el hijo de la reina Isabel II no lo hizo así, sino que eligió una alhaja del catálogo de la joyería Garrard. Su decisión recibió muchas críticas, ya que de acuerdo con muchos una futura reina no tendría que tener un accesorio que pudiera estar al alcance de cualquiera.
De acuerdo con la revista Vogue, la argolla cuenta con un zafiro en el centro de Ceilán de 12 quilates, que está rodeado de diamantes. La joya estuvo valorada en 31,838.75 esterlinas en esa época. Actualmente, el anillo tiene un costo de 137 mil 409 dólares.
Se dice que el príncipe Carlos escogió este anillo ya que le recordaba mucho a un broche muy querido de su madre Isabel II.
Por su parte, Lady Di le tenía un cariño muy especial a la joya pues le recordaba al anillo de compromiso de su mamá Frances Roche. Incluso, aún después de su divorcio, lo siguió usando ya que se convirtió en uno de sus accesorios más icónicos.
Tras la muerte de la princesa Diana en 1997, el anillo fue heredado originalmente al príncipe Harry, pero cuando se enteró que William le iba a proponer matrimonio a su novia se entregó a su hermano para que fuera parte de su petición a Kate Middleton.
Gracias al compromiso entre los herederos al trono, el icónico anillo de zafiro se volvió tendencia y fue replicado en joyerías de todo el mundo. El Palacio de Buckingham lanzó un modelo similar en su tienda de regalos que Kate pidió que se retirara de la venta, debido a que era una joya con mucho valor sentimental.