Dicen que la Reina Isabel II le respondía el teléfono solo a dos personas: a su hija Ana y al preparador de sus caballos de carrera, John Warren. Este último está en la mira del Rey Carlos III, quien podría dejar de contar con los servicios del prestigioso colaborador dentro de su plan de reestructuración y austeridad de la realeza.
John Warren fue el responsable de todos los intereses de la soberana en la hípica durante 13 años y celebró con la reina cuando el caballo Estimar ganó la Copa de Oro de Ascot, en 2013. Warren está a cargo de los caballos que corren con los colores reales, pero dentro del mundo hípico comentan que es altamente probable que no participe por mucho más tiempo.
El lunes pasado, un caballo del Rey Carlos III que heredó de la Reina Isabel II, ganó un premio de 30 mil dólares al imponerse en la carrera Yarmouth. Pese a esta buena noticia, el destino de Warren parece estar escrito.
La operaciones hípicas de la familia real hoy se hacen a nombre del rey, pero proyectan que será la reina consorte Camila quien se hará cargo de los finasangres, tal como lo hizo la Reina Isabel II durante sus 70 años de reinado.
Warren está moviendo su currículo e influencias en los círculos reales de Bahrein para encontrar un nuevo trabajo. Recientemente asumió un papel como asesor de los propietarios de "Commissioning", Isa Salman, y Abdulla Al Khalifa.
"Warren tiene sus dedos en suficientes méritos como para moverse con o sin el concierto para la familia real", explicó una fuente a "The Sun", quien agregó que "marcaría un gran cambio para él si el cambio de monarca lo deja fuera del círculo real".
Warren, quien es una de las figuras más respetadas en el mundo hípico, estuvo con hablando sobre caballos con Isabel II justo antes de su fallecimiento, el 8 de septiembre pasado en Balmoral.
"Nos sentamos allí durante horas elaborando estrategias y haciendo planes para el futuro. Lo mejor para mí fue saber que estuvo rodeada por integrantes de su familia. Estaba en un estado mental tan saludable y en una forma tremenda. Realmente amaba poder hablar sobre sus caballos y su amor por ellos hasta el final", dijo Warren.
"La dejé el lunes por la tarde, los primeros ministros llegaban el martes. Esa noche estaba en muy buena forma, encantada de haber tenido un ganador en la carrera del martes y habló sobre las entradas y salidas de los primeros ministros", agregó.