Mucho se ha hablado de que la presión de cumplir un riguroso protocolo y la manipulación de los medios fueron las razones que llevaron a Meghan Markle a pedirle a su marido, el príncipe Harry, que lo mejor para su familia era renunciar a la Familia Real.
Lo cierto es que el renunciar a todo y comenzar una nueva vida no ha sido fácil para los Duques de Sussex, pues no han dejado de involucrarse en escándalos, les retiraron todo apoyo económico y cada paso que dan es analizado con lupa; sin embargo, tienen algo que anhelaban y es: libertad.
Y pese a que mucho se especula que Meghan sigue gastando como si fuera de la realeza, lo cierto es que desde que su familia se desmarcó del Palacio de Buckingham, se le ha visto, lejos del protocolo, con ropa cómoda y semblante calmado haciendo actividades cotidianas como ir a clases de yoga, pasear a sus perros y hasta manejar su propio auto.
Sin duda, ha sido un giro de 180 grados el que dio la exactriz a su vida, lo que sí es que está disfrutando que su vida no dependa de rígidas reglas.