Lyn May es uno de los personajes más controvertidos de México, este año estuvo en el ojo del huracán por sus polémicas como el haber dicho que estaba embarazada a los 68 años, asegurar que tuvo un accidente en avión que le hizo perder a su bebé, y también relatar que tuvo un romance con el fallecido cantante Vicente Fernández cuando ambos estaban casados.
Su verdadero nombre es Liliana Mendiola Mayanes y pese a que sí tiene ascendencia china, nació en Acapulco de Juárez, Guerrero, en 1952 y es la mayor de cinco hermanos.
Desde los 13 años comenzó a trabajar en un pequeño local de comida del Mercado Central en donde conoció al que sería su primer esposo y con el que más tarde se mudaría a la Ciudad de México en búsqueda de mejores oportunidades.
A los 14 años quedó embarazada por primera vez de un marino que tenía más de 30 años por lo que fue obligada a casarse; sin embargo, era maltrataba y violentada por lo que decidió divorciarse.
Su impresionante físico y su talento en el baile la llevó a encontrar trabajo en el centro nocturno Tropicana en donde conoció a Germán Valdés “Tin Tan”, y la contrató para hacer unas cápsulas cómicas con él.
La carrera de Lyn May comenzó a despegar y tuvo presentaciones en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris y el Teatro Blanquita.
Su primera aparición en el cine fue en la exitosa película Tívoli, por lo que a partir de ese momento se consagró como una de las vedettes más populares y siguió su camino en el llamado Cine de Ficheras.
Las cirugías que le arruinaron el rostro
Lyn May aseguró que durante mucho tiempo tuvo pánico de envejecer, por eso recurrió a peligrosos procedimientos estéticos que le ayudaran a mitigar los estragos de la edad.
La talentosa bailarina relató que cayó con una persona poco profesional que, sin saberlo, le arruinaría la vida ya que le inyectó aceite para bebé en los pómulos, lo cual le arruinó y deformó la cara.
Con el paso del tiempo, los rasgos faciales de la vedette comenzaron a desvanecerse por lo que al ver el problema la famosa recurrió a diversas intervenciones médicas; sin embargo, ya no se pudo remediar.
Lyn May está consciente de las burlas y críticas que hay hacia su físico pero ella prefiere enfocarse en lo bueno que tiene la vida: “Ya no volteo para atrás, para adelante nada más, aprendí que tengo que vivir lo que me queda bien, a estar alegre y ser positiva a pesar de las adversidades, pues me acepté como soy".