El Grinch es considerado el mayor enemigo de la Navidad, y por extensión de Santa Claus. Es un personaje que caricaturiza el excesivo consumismo y el egoísmo de quien entiende estas fiestas sólo como una expresión mercantilista.
Aunque es una parodia al profundo significado de estas fiestas, su figura ha pasado a tener un distintivo negativo. Ni hablar de su apariencia: se trata de un duende de piel gruesa, más parecido a un reptil y con facciones para nada agradables en lo estético.
Ha sido tal el éxito que tuvo desde que fue creado, a fines de la década de los '50 por los estudios de la MGM, que su figura se ha masificado y no hay lugar en la Tierra que sea ocupado como disfraz para las festividades de diciembre, o incluso para Halloween. Eso fue la oportunidad que aprovechó una destacada actriz mexicana...
Efectivamente, Bárbara de Gil (34) aprovechó esta ocasión para regalarnos una transformación de su rostro verdaderamente notable. Tanto por su trabajo de maquillaje como por la expresión de su cara, Bárbara se convirtió en "lo más despreciable" de esta Navidad, figuradamente hablando, por cierto.
Bárbara, en todo caso, quiso dejar en claro qué perseguía con su puesta en escena: "Mi versión Grinch llegó a mi casa junto con mis ganas de celebrar la Navidad en Familia. La verdad, amo la Navidad, es un pretexto para juntarte con tu familia o quien más amas y cenar. Agradecer el año, la vida, la salud, las cosas buenas y no tan buenas … Vivir y hacer lo que te nazca sin miedo al que dirá... Amo ser feliz".