Cuesta creer que Pepe Aguilar haya tenido la sangre fría para contar lo que le sucedió apenas unos minutos después de haber vivido el accidente. El video que compartió en Instagram narrando los dramáticos instantes, y su reacción cuando vio que el avión descendía rápidamente, es digno de análisis.
Porque es indesmentible que el cantante y su familia estuvieron enfrentados a una situación límite, aunque hoy ya parezca todo una gran anécdota. La despresurización de la cabina de un avión es considerada, técnicamente, una emergencia grave, que ante una errada maniobra puede ser fatal y que puede traer aparejada serias consecuencias para la salud.
La despresurización consiste en que el suministro de aire existente pierde la densidad y el oxígeno que ingresa al organismo de los ocupantes de la aeronave es sensiblemente menor, es decir, se produce una hipoxia. La pérdida de ese suministro vital puede ser explosiva, rápida o lenta, por lo que la reacción del piloto es comenzar un inmediato descenso de altura.
Si no se utilizan rápidamente las mascarillas, se produce un mareo, se nubla la visión, se pierde la audición, hay una sensación de mucho frío y un hormigueo en las extremidades, incluso se puede llegar a sufrir un agudo dolor producto de la expansión de los gases internos y, en algunos casos, podrían formarse burbujas de nitrógeno en el aparato circulatorio.

"Sentí desvanecerme"
El relato del cantante describe la realidad del momento que vivieron: "Yo quería saber lo que pasaba, traía la mascarilla puesta, me quito la mascarilla, '¿qué pasa?, ¿qué pasa?', pregunto..., me levanto, cuando iba caminando a ver a los pilotos, me empecé a desvanecer... Ahí mismo me regresé y me volví a poner la mascarilla... Íbamos a 38 mil pies y tuvimos que bajar de volada, impresionante...".
Teóricamente, quienes se ven enfrentados a una despresurización no tienen más de un minuto para ponerse las mascarillas de oxígeno. Más allá de ese lapso, es muy probable que se pierda el conocimiento.
Afortunadamente, quedó claro que ante la situación la tripulación ejecutó lo que el manual instruye: descender a una altitud que permita recuperar una presión de oxígeno normal y aterrizar sin mayor brusquedad.

Cabe destacar que los pilotos profesionales están sometidos a continuos ensayos de despresurización en los simuladores de vuelo. Los instructores de vuelo califican esta situación como una emergencia de resolución media, es decir, está dentro de los incidentes con una frecuencia regular, pero precisan que de no adoptarse las medidas, las consecuencias pueden ser fatales.
Por otro lado, los aviones que realizan vuelos rutinarios sobre 3.000 metros, en su altísima mayoría, están equipados con un sistema de oxígeno alimentado por medio de mascarillas, o están presurizados por un sistema de control ambiental empleando gas suministrado por un compresor o aire comprimido del motor.