En una entrevista que ofreció a The Ellen DeGeneres Show, Meghan Markle habló sobre las distintas facetas de su vida, como actriz, duquesa de Sussex, y su ahora tranquila normalidad al ya no ser parte de la familia real. Lo que más ha llamado la atención fue cuando habló sobre sus dos hijos a quienes disfrazó para Halloween. Archie lo hizo de dinosaurio y Lilibet, de apenas cinco meses, tenía puesto de zorrillo en alusión a Flor el personaje de la película de Bambi.
Meghan explicó que le gusta hacer su vida con normalidad junto al príncipe Harry así que decidieron hacer algo divertido con sus hijos y se disfrazaron para Halloween. Su primogénito, de dos años, no estaba contento con lo que traía puesto y solo usó su disfraz por cinco minutos.
Esta entrevista se convierte en el regreso de Meghan a la televisión después de ser entrevistada junto a Harry por Oprah Winfrey, además es la primera vez que asiste al programa de Ellen DeGeneres en el cual habló sobre su faceta como actriz que abandonó cuando se casó en 2018 y algunas de las anécdotas que tuvo que sortear cuando empezaba su carrera artística.
"Tenía este Ford Explorer Sport muy antiguo y en cierto momento, la llave dejó de funcionar en el lado del conductor, por lo que no podía entrar por la puerta. Entonces, después de las audiciones, me estacionaba en la parte trasera del estacionamiento y abría la cajuela y me subía, cerraba la puerta detrás de mí y me arrastraba por todos los asientos para salir. Así era como iba y venía", mencionó la duquesa de Sussex sobre lo que le atravesaba todos los días para lograr llegar a sus castings y regresar a casa.
La costosa blusa que Meghan vistió en la entrevista
Además de las anécdotas que narró Meghan, llamó la atención la costosa blusa que eligió para asistir al programa de televisión. La ex protagonista de Suits optó por atuendo negro y blanco; el pantalón de un diseño básico en tono negro de tiro alto y una blusa blanca de Oscar de la Renta de cuello fruncido, hombros caídos y mangas puffy con motivos florales. La prenda confeccionada en seda con un costo de más de tres mil 500 dólares que demuestra una vez más que la época en la que la duquesa comía ensaladas por menos de cinco dólares, quedaron definitivamente en el olvido.