La responsabilidad legal de Alec Baldwin podría llegar a límites complejos, si es que la denuncia que los protocolos de seguridad que exige la industria cinematográfica operaron por debajo del estándar básico de las producciones.
El actor y protagonista de la película "Rust" es también coproductor, y desde el viernes enfrenta varias imputaciones de integrantes del staff que el manejo de las armas de utilería no era el todo deseado para garantizar seguridad.
Baldwin puede enfrentar cargos por "homicidio involuntario" si es que se comprueba que la muerte de Hutchins se debió a negligencia o descuido criminal. Esta figura penal se puede establecer al ser el productor de la película, que según estipula la ley lo hace tener "un deber para con la víctima, no lograr defenderla, y provocarle un daño o la muerte".
Para que un imputado sea declarado culpable de un "homicidio involuntario", deben cumplirse tres condiciones: 1. La acción que cometió provocó una muerte; 2. El acto cometido "era inherentemente peligroso" y, 3. El autor de la acción sabía o debía haber sabido que su proceder ponía en peligro la vida humana.
Hasta ahora no se ha conocido una versión oficial de la defensa de Alec Baldwin, quien ha prestado total colaboración con la policía y se ha contactado personalmente con la familia de Halyna Hutchins y también con el director Joel Souza. Este último, en su declaración pública, no aportó detalles de lo que sucedió en el set durante la fatal escena.
¿De salva o real?
Otro punto que complica el presente de Baldwin y los demás productores es que hay quejas por parte del staff que la producción, de bajo presupuesto, no se estaba realizando en condiciones normales, ya que había una presión desmedida por terminar las grabaciones en el plazo estipulado y no se estaba trabajando con personal especializado.
Claramente, el uso de un arma cargada con balas reales en un set de filmación es una irresponsabilidad. Pero algo sucedió el pasado jueves que en la escena de acción que protagonizó Baldwin, su disparo hirió de gravedad al director del filme y dio muerte a Hutchins.
Las balas de salva que se emplean en las películas pueden ser disparadas desde armas reales como de otras confeccionadas o reacondicionadas para que simulen que son "de verdad", aunque su capacidad de fuego es nula.
Cuando se disparan cartuchos de salva, no hay munición alojada en la recámara. Al gatillarlas, se genera un sonido similar, la pólvora se quema y sale un fogonazo, pero no hay proyectil. Muchas veces se utiliza un algodón como material; la única y gran prevención, dicen los expertos en efectos especiales, es que un disparo con bala de salva debe hacerse a más de dos metros de distancia del objetivo, de otra manera podría generar un riesgo ya que puede salir proyectado llamas, restos de metal de la pólvora y gases.
Utilería en el banquillo
Según consta en la investigación forense, cuando Baldwin desenfundó el arma, ya había recibido el visaje de "pistola fría", nomenclatura que reciben las armas con balas de salva.
Al momento del disparo, otra parte del staff técnico aún se encontraba disponiendo los ángulos de la toma y no estaba en la zona donde se reúnen para ver la grabación a distancia, a través de un monitor. Hutchins, directora de fotografía, se encontraba viendo el monitor por sobre el hombro del operador de cámara. A su lado, pero agachado, estaba el director Joel Souza.
Baldwin desenfundó dos veces. La primera, lo hizo sin disparar. Al desenfundar por segunda vez, las cargas de sus municiones volaron hacia Hutchins, Souza y el operador. La bala pasó raspando al operador de cámara e impactó de lleno a la altura de la clavícula de Hutchins, para seguir su trayectoria y herir a Souza.
Según la agencia AP, el primer asistente de dirección, Dave Halls, fue quien tomó la pistola y se la llevó a Baldwin, sin saber que aún estaba cargada con balas reales. Hall le habría dicho a Baldwin que era seguro usarla, según consta en las declaraciones oficiales.
La "armera" encargada de supervisar el uso de las armas en "Rust" es Hannah Gutiérrez Reed (24), hija de un veterano profesional dedicado a lo mismo y muy conocido en el ambiente cinematográfico.
Hannah Gutiérrez había debutado como armera en la película "The Old Way", con Clint Howard y Nicolas Cage. En una entrevista realizada hace unas semanas, Hannah confesó que lo que más le asustaba era cargar las balas de salva, y que para superarlo le había pedido ayuda a su propio padre.
Según la investigación, Gutiérrez Reed colocó tres pistolas de utilería en un carro fuera del lugar de rodaje, y el primer ayudante de dirección Dave Halls cogió la pistola del carro y se la llevó a Baldwin, sin saber que estaba cargada con balas reales.