A lo largo de los años los bares y discos LGBTQ+ se han convertido en verdaderos espacios seguros, tanto para la comunidad gay como para los "aliados", término con el que se describe a personas que no se consideran LGBTQ+, pero que no temen mostrar su apoyo en los desafíos que estos viven en la sociedad de hoy en día.
Eso lo sabe muy bien Daniel Craig, quien se ha destacado a lo largo de su carrera en la actuación por interpretar a James Bond, un espía británico. El actor ha trabajado por rebelarse en contra de las expectativas de la masculinidad tóxica, incluso asistiendo al estreno de Sin Tiempo Para Morir en un traje rosa.
"He estado yendo a bares gay desde que puedo recordarlo", comentó el actor en el podcast de Lunch with Bruce, sorprendiendo a sus fans por la razón tras esta decisión. "Una de las razones es porque no me meto a peleas tan seguido en bares gay".
En el episodio, Craig explicó que muchas veces los bares "normales" (no específicos para la comunidad LGBTQ+) estaban repletos de luchas entre hombres borrachos y, por supuesto, recibir unos cuantos golpes no es necesariamente lo que uno busca cuando quiere pasar un buen rato en un bar.
"(Los bares gay) simplemente eran un buen lugar para ir. Todo el mundo era tranquilo, todos. No necesitabas decir necesariamente cuál era tu sexualidad. Estaba bien (no hacerlo). Y era un lugar muy seguro para estar", agregó Craig. "Y podía conocer a chicas allí, porque había muchas mujeres (en los bares) por la misma razón que yo. Era como un motivo oculto".
El actor británico tampoco ha temido cómo el público pueda ver su sexualidad, incluso bromeando (con poco de broma en algunas ocasiones) el hecho de que besa a todos los actores hombres principales con los que trabaja. En Sin Tiempo Para Morir, el afortunado en recibir un beso de Craig fue Rami Malek, quien interpretó al villano del filme.