Aunque el diario The Telegraph dio a conocer que el príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, habían desairado nuevamente a la corona británica al decidir que no bautizarían a la pequeña Lilibet en Inglaterra, este miércoles un portavoz de los duques de Sussex dijo que eran "meras especulaciones".
El heredero y Markle aún no deciden si Lilibet, nacida en Santa Bárbara el 4 de junio, será bautizada por la Iglesia Británica o por la Iglesia Episcopal de Estados Unidos.
Una fuente cercana a la pareja reveló a The Telegraph que la hija menor de los duques recibiría el sacramento en Estados Unidos, donde actualmente radica la familia, lo que significaría que la pequeña automáticamente no sería considerada como miembro de la Iglesia de Inglaterra y al mismo tiempo que la reina Isabel no podría conocer a su bisnieta.
Con el desmentido, se abre nuevamente la posibilidad de que Harry viaje con su familia a su país natal para que la monarca suprema, de 95 años, por fin conozca en persona a la heredera.
Harry y Meghan escandalizaron al mundo y al Palacio de Buckingham cuando renunciaron a sus títulos como miembros de la realeza en activo y se convirtieron en personas financieramente independientes a la corona por lo cual el hecho de que que el bautizo de Lilibet Diana no se realizara en el Castillo de Windsor como marca la tradición, no era un hecho descabellado.
Si la pareja decide quedarse llevar a cabo el rito en Estados Unidos sería en la Iglesia Episcopal que es miembro de la Comunión Anglicana mundial dirigida por el obispo Michael Curry, quien se hizo famoso en internet luego del sermón, de 14 minutos, que dio en la boda de los duques celebrada en la Capilla de San Jorge en 2018.